Letras

"Todo mañana es la pizarra donde te invento y dibujo, pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco con ese pelo lacio, esa sonrisa." Cortázar.

"Schopehnauer escribió que la vida y los sueños eran hojas de un mismo libro, y que leerlas en orden es vivir, hojearlas, soñar." Borges.

"La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio". Cicerón

"La libertad está en ser dueños de la propia vida". Platón.

"Algunas veces hay que decidirse entre una cosa a la que se está acostumbrado y otra que nos gustaría conocer." Paulo Coelho

"En las adversidades sale a la luz la virtud." Aristóteles

"Lo que crece como resultado de la rudeza de los ignorantes no tiene efectos a no ser por casualidad". Umberto Eco

jueves, 29 de agosto de 2013

5 minutos con 5 años.

Cuando era niño, me enseñaban que las mentiras estaban mal vistas. Que los besos no se regalaban. Que las sonrisas admitían pasión. Cuando era niño, miraba la tele encantado de divertirme. Reía a carcajadas sin sentimientos de culpa. Disfrutaba de mis viejos como si no los volviese a ver. Cuando era niño, nada me sacaba las ganas de divertirme. Nadie podía opacar lo brillante que me parecía todo. La sonrisa social era una pancarta de protesta. Cuando era niño, sorprendía a todos con mi crecimiento. Era, sin querer serlo, el epicentro, el centro de atención obligado. Y hoy no somos nadie entre la muchedumbre. Cuando era niño, mi mejor amigo era un juguete. Mi amante mi madre. Mi novia la inocencia. Cuando era niño admiraba a mi padre, hoy en día es mi modelo a seguir. Cuando era niño, detestaba serlo. Deseaba ser grande. Y hoy busco la máquina del tiempo. Cuando era niño, descansaba sobre colchones sucios sin pensar en que tenía que bañarme, para eso estaba mi vieja. Y hoy, descanso menos, para disfrutarla más. Cuando era niño, pensaba que la vida era perfecta, pero hoy me doy cuenta de que es maravillosa. Cuando era niño, un atardecer era el fin de los juegos, el tener que volver a casa, el tener que parar ahí. Hoy disfruto un atardecer como paisajes decorativos, perfectos momentos. Cuando era niño, abrazaba sin pensarlo, y sentía verguenza, sin entender porque. Cuando era niño, lo desconocido me daba curiosidad, y hoy, da miedo. Cuando era niño, era perfecto. Nada reemplaza el ser niño. Nadie puede decir que no le gustaría volver el tiempo un poco atrás. Cuando era niño, soñaba en exceso. Despilfarraba alegría. Me sentía un gladiador. Y sin embargo, hoy me siento feliz. No feliz como me gustaría, pero también necesitamos esa cuota de preocupación. Como el bien necesita el mal, y toda la serie de oposiciones injustificadas, pero necesarias. Cuando era niño, apenas sabía escuchar. Hoy se entender, y mañana tal vez comprender. Cuando era niño, me enamoraba cada 5 minutos. Hoy se me hace imposible. Y a pesar de todo, que maravilla era ser niño.

domingo, 25 de agosto de 2013

Síntomas del abandonado sin querer serlo.

Si quisiera encontrarte un defecto, no lo buscaría. Y si lo buscara, lo ignoraría. Y si lo encontrara, diría que es falso. Y si me preguntaran que es lo verdadero, me negaría a contestar. Te encuentro perfecta entre todos los posibles errores que la genética pudiera brindarte. Te encuentro, astuta. Te enamoraría con el abrazo, con el beso, con todo. Creo que lo más lindo de abrazarte, es que cierro los ojos, como cayendo dormido. Como ignorando que alrededor de mi cuerpo existe un mundo. Ese instante en el que solamente respiro lo que tu dudas. Lo que tu cuentas. El escuchar las palabras más dulces, la voz más calma. Te quisiera atrapar, y no puedo, y sin embargo, disfruto tu felicidad. Disfruto verte sonreír a pesar de que tus sonrisas, no son para mi. Tengo tantas excusas para hablarte. Tengo tantos lugares en donde cruzarte. Tengo tantos motivos para enamorarte. Pero se que, el irrumpir así en tu vida, llena de perfección ajena a mis intenciones, te haría odiarme. Te haría, tal vez, querer eliminarme de tu vida. Y eso, sería casi, una gota. Un charco de silencios. Un pueblo sin habitantes, y yo, dueño de la nada misma. Aplausos enardecidos. Me haría adicto al tabaco, al cigarrillo, y al hecho de fumar. Me enamoraría de la bebida, del alcohol, de copas llenas. Jamás, sin embargo, dejaría de pensar, que en mi vida nunca subí tanto como a tu lado. Jamás olvidaría, que la sonrisa espontánea era constante. Que no había tristezas. Que no existía el adiós. Que en tus enojos, yo encontraba calma. En tus irritantes suspiros al aire, yo miraba amor. Y yo aquí, sentado sobre el carro que me conduce a la muerte, hoy en vida, te veo sonreír. Mañana quizás, solamente te extrañe, un poco menos.

lunes, 19 de agosto de 2013

Conclusiones I

Descubrir entre las páginas de la vida aquellas hojas que te explican como sonreír  Aplaudir entre los silencios de la tragedia a los únicos que logran volver a estar feliz. Caminar sobre los restos de tu pasado amarrado en el puerto al cual nunca volverás. Vivir, disfrutar, emocionarte con lo más mínimo y no dejar de destacar lo más cotidiano. Quejarte en silencio de lo que no pasó, pero no perder la esperanza, no dejar de creer. Disfrutar el amanecer, sonreírle a la noche, combinar ropas para decorar tu presente de ilusión. Abrazarte a los que no te dejaron, esperar a los que vienen, despedir a los que se van. Cada momento es único, nada se repite. Nada vuelve. Vivir feliz es la parte de la vida que dejamos de lado cuando ocupamos el espacio con lo malo del ayer.

lunes, 12 de agosto de 2013

Soltar ideas.

Si me dieran a elegir, te elegiría sin mirar la letra chica, sin importar, las consecuencias de tus susurros.
Si me dieran a elegir, volvería a la escuela, y me instalaría allí de por vida, para no crecer.
Si me dieran a elegir, te robaría más besos y te pediría menos disculpas.
Si me dieran a elegir, inundaría lagunas secas con lágrimas de mis enemigos.
Si me dieran a elegir, sortearía obstáculos que no existan, para esquivar los problemas a futuro.
Si me dieran a elegir, caminaría hasta tu vida y la compraría.
No pude elegir, tuve que conformarme con la suerte del infrecuente. Con las ganas del vagabundo. Con el miedo del auxilio.
Si me dieran a elegir, compraría un diario y escribiría sobre tu vida.
Si me dieran a elegir, haría a mi familia inmortal.
Si me dieran a elegir, eligiría lo mismo que elegí durante toda mi vida.
Si me dieran a elegir, sorprendería al rutinario con chistes de salón.
Y sin embargo, aquí estoy, sonriendole al destino.
No puedo verte desde mi ventana. Tanto amor despilfarrado, y no quieres devolverme la alegría.
Soy ignorante de tus decisiones. No logré conquistar tus momentos.
Pero aplaudo mi vida. Y la de los que me rodean. Quizás no tanto del dueño del bar.
Pero si de tus ojos.
Escribo en mi mano tu teléfono, ciego de recuerdo y pendiente del olvido.
Nada mejor que tu sonrisa a la mañana.
Amores baratos que te compran a vos. Unas monedas. Viaje al mas allá.
Son tantas las ganas de pasar mi vida con tus suspiros.
Pero, el texto es un cable a tierra.
O tal vez no. Quien sabe.
Soy inocente. No me acuses. Dama de tablero. Une femme parfaite.

sábado, 10 de agosto de 2013

Sueños con sonrisas sin tus besos en lo inmediato.

Veo en tus ojos el aroma a un gusto amargo. Sueño despierto las mil y una formas de enamorarse del ayer. Te sonrío a la distancia, esclavo de mis ganas de besarte. Y te abrazo en las formas más sinceras de amor. Todo roce es contacto, entre cuerpos que se desean. Todo camino es una guía, una forma de llegar. Y susurro a tu oído lo que mis palabras quieren decir. Y me escondo en mis memorias de tus mentiras. Trapo al cuello que limpia lo que escribo. El pizarrón para borrar un suspiro. Vomito sobre tus errores. No los quiero ver. Quiero enamorarme de tus gustos. Quiero, si se pudiese, amarte hasta el atardecer. Pero el sol se esconde si tiene ganas. Y no puedo entregar mi corazón, a un egoísta. Entonces, te atrapo con frases, con palabras, con una botella de vino cerrada para siempre. Veamosnos en secreto, que lo sepa todo el mundo, que nos vemos en secreto. Eso es jugarsela por amor. Cambiar las cosas. Invertir los momentos. ¿Vos te creés que lo que te quiero es gratuito? Amo cada momento en el que puedo compartir mi vida con vos. Daría lo que no tengo para endeudarme con el mundo para que seas dueña de mis manos. Es demasiado texto. Me voy a acostar pensando con tu sonrisa. Es para ayudar a los sueños a hacerme sonreir.

miércoles, 7 de agosto de 2013

A mi...

Me gustaría poder regalarte más alegrías, decorar tu mundo con sonrisas. Me gustaría no esquivarle a tus besos, poder sentirte acá. Me gustaría que me recuerdes por lo que te enamoró y no por lo que conociste. Me gustaría poder quedar en tu recuerdo, y no en tu olvido. Me gustaría que pienses en mi si tu mundo se cae a pedazos, y no para buscar lo negativo. Me gustaría que te desnuden mejor de cómo lo hacía yo, pero no que te guste más. Me gustaría gustarte de por vida, que tus suspiros sean por mis ojos y tus besos con un solo dueño. Me gustaría quererte desde temprano, para que a ala noche me quieras vos a mí. Me gustaría regalarte un jardín lleno de rosas, para que elijas la que menos te vaya a lastimar. Me gustaría abrazarte a la mañana, desayunarme tus sonrisas, almorzar tu mirada, merendar tu perfume, y cenar tu cansancio. Me gustaría dedicarte mi vida, pero no puedo, es mía. Me gustaría ser el único en la tuya, y es imposible. Pero a veces me ilusiono y lo pienso, y sonrío eternamente. Me gustaría gustarte un poco de lo que me gustas. Me gustaría no conocerte, pero sé que no viviría sin vos. Me gustaría invitarte unas copas, cocinarte una alegría. Me gustaría ganarte al ajedrez, vencerte en la batalla, y violentarme con tus risas sin sentido. Me gustarían tantas cosas que no puedo pero sin embargo no dejo de gustar. Me gustaría enamorarte con malabares de esquina, con diseños de pared, con canciones sin acordes. Me gustaría no olvidarme el primer beso que te dí. Me gustaría saber tu nombre de memoria. Me gustaría tener tu número en la mano, el teléfono en el bolsillo, y una excusa en la voz. Me gustaría hablarte rápido sin sentido, que no descubras mis mayores dudas, que te asegures sin saber que decir. Me gustaría premiar al que algún día dijo “estos dos se están enamorando”. Me gustaría que me sonrieras, que no me dieras ni una mueca, que no dejaras de esbozar la alegría. Me gustaría demasiado. Ya no me puede gustar tanto.

Lo que...

Deberían diseñar mentiras menos dañinas para que las decepciones tengan otra causa. Deberían diseñar paisajes limitados para que uno pueda cansarse de ver, y no se pase la vida entera admirando la belleza. Debería vender pastillas para no soñar con las sonrisas, sino vivirlas. Deberían inventar una máquina del tiempo para regresar a mi pasado y volverme a enamorar. Deberían ser menos ciegos los que quieren ver más allá de los ojos. Deberían sufrir, sin ser mala persona, los fabricantes de tristezas. Deberían diseñar una caja gigante en donde guardar los sueños y no perderlos por no poder hacer. Deberiamos tener un millón de amigos y que no nos alcancen los brazos para poderlos abrazar. Deberían vivir mil años, los que te llenan el alma, ser eternos los que te hacen feliz. Debería vivir la vida sin pensar tanto cada paso, sin armarme de tanta paciencia. Debería, pero el deber no es un poco, es todo, y el todo, es la mitad de lo que quiero. Debería aplaudir, quizás, en la adversidad que condiciona mi existencia. Debería creer en milagros dentro de tanta realidad. Deberían crear muñecos para no olvidar los amores baratos. Deberían soplar velas que no se apaguen, que iluminen las ganas de amar. Y ahí nos preguntamos, quién es el que debe más, y entre las respuestas, dudo el doble. Debería vomitar mis pensamientos, pero creo que ya lo hice.