Letras

"Todo mañana es la pizarra donde te invento y dibujo, pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco con ese pelo lacio, esa sonrisa." Cortázar.

"Schopehnauer escribió que la vida y los sueños eran hojas de un mismo libro, y que leerlas en orden es vivir, hojearlas, soñar." Borges.

"La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio". Cicerón

"La libertad está en ser dueños de la propia vida". Platón.

"Algunas veces hay que decidirse entre una cosa a la que se está acostumbrado y otra que nos gustaría conocer." Paulo Coelho

"En las adversidades sale a la luz la virtud." Aristóteles

"Lo que crece como resultado de la rudeza de los ignorantes no tiene efectos a no ser por casualidad". Umberto Eco

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Train Station number two.

     Un hombre se encuentra de pie frente al mar, saboreando el destino de su suerte, de su malicia, de su Marlboro Box a punto de morir en sus labios. Siente la brisa del viento que cosecha recuerdos en su memoria quemada por el amanecer súbito e intranscendente del ayer. Miente a su sombra sobre el sol, concurre de madrugada al callejón de la paranoia e invita a su inquilina soledad a beber con él, para festejar el mañana, de otro que no es él, ni ella.
     Otro hombre camina por la plaza central de Catalunya, teniendo conocimiento del horario, 6 de la tarde pleno julio, el verano come vivo tus pies. Se acerca al puesto de gaseosas y compra la bebida anaranjada de conocimiento público. Paga en efectivo, cash, sin vuelto. Agradece y se va con la otra mano en el bolsillo, palpando el teléfono que lo condena al trabajo, y el engaña ese momento de placer de no trabajar, porque recuerda números, reuniones, palabras. El estar atado al destino eterno de no poder ni siquiera ignorar lo que uno es cuando intenta desconectar.
     Un chico viaja en el subte desde Camden Town hasta Piccadilly Circus. Lee un libro sobre un desconocido que busca en una ciudad sin nombre a una mujer, atravesando las calles de noche, sin tener en cuenta que no se busca el amor. El subte frena en las estaciones y él no se da cuenta que el amor está allí, o quizás esté en sus manos, y nunca más sepa lo que significa querer a alguien. Hasta se anima a pensar que el ayer es una alfombra para esconder lo que no hacemos hoy.
     Aquel que no tenemos en nuestras manos se quiebra de conocimiento cuando lee el diario que le cuenta sobre la increíble coincidencia de cruzarse con aquella persona que no sabe hasta mañana que lo atrapará y no dejará escapar para no hacerlo más que feliz, más que sonreír, más que no dejar de estar bien hasta que un día, sin previo aviso, sin cartel de anuncio, desaparezca como apareció, para dejar en él un vacío que no será llenado ni por el aire mismo, y crear un recuerdo que lo hará recordar constantemente aquella persona que una vez en su austera vida, lo quiso un poco más de lo que él quiso a esa persona. Esa es la historia sin fin.