“Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero
otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y
quien se acerca, se enciende”.
“Fue a la entrada del pueblo de Ollantaytambo…” “Y entonces,
en medio de aquel alboroto, un desamparadito que no alzaba más que un metro del
suelo, me mostró un reloj dibujado con tinta negra en su muñeca:
- Me lo mandó un tío mío, que vive en Lima – dijo.
- ¿Y anda
bien? – le pregunté.
- Atrasa un poco –
reconoció."
“Desde el punto de vista del capitán que le aplicó la
sanción, el reglamento no dejaba lugar a dudas. El reglamento establecía
claramente que los presos debían caminar en fila y con ambas manos en la
espalda. Noueched había sido castigado por poner una sola mano en la espalda.
Noueched era manco.”
“El sistema, que no da de comer, tampoco da de amar; a
muchos condena al hambre de pan y a muchos más condena al hambre de abrazos.”
“El amor se puede provocar, dejando caer un puñadito de
polvo de quereme, como al descuido, en el café o en la sopa o el trago. Se
puede provocar, pero no se puede impedir.”
“Cada promesa es una amenaza; cada pérdida, un encuentro. De
nuestros miedos nacen los corajes; y de las dudas, las certezas. Los sueños
anuncian otra realidad posible y los delirios, otra razón.
Al fin
y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. La identidad no es una
pieza de museo, quietecita en la vitrina, sino la siempre asombrosa síntesis de
las contradicciones nuestras de cada día.”
“Michael Taussig ha estudiado la cultura del terror que la
civilización capitalista aplicaba en la selva amazónica a principios del siglo
veinte. La tortura no era un método para arrancar información, sino una
ceremonia de confirmación del poder. En un largo y solemne ritual, a los indios
rebeldes les cortaban la lengua y después los torturaba para obligarlos a
hablar.”
“Y nada tenía de malo, y nada tenía de raro, que se me
hubiera roto el corazón de tanto usarlo.” (haciendo referencia a un infarto que
sufrió estando en Barcelona).
“- ¿Por qué lloran delante de ella, si todavía está viva?-
Y contestaron los que lloraban – Para que sepa que la
queremos mucho”
“También me consuelo comprobando que en todos estos años se
me ha caído mucho pelo pero ninguna idea, lo que es una alegría si se compara
con tanto arrepentido que anda por ahí.”
“Mientras ocurría, esa alegría estaba siendo ya recordada
por la memoria y soñada por el sueño. Ella no iba a terminarse nunca, y
nosotros tampoco, porque somos todos mortales hasta el primer beso y el segundo
vaso, y eso lo sabe cualquiera, por poco que sepa.”