Letras

"Todo mañana es la pizarra donde te invento y dibujo, pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco con ese pelo lacio, esa sonrisa." Cortázar.

"Schopehnauer escribió que la vida y los sueños eran hojas de un mismo libro, y que leerlas en orden es vivir, hojearlas, soñar." Borges.

"La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio". Cicerón

"La libertad está en ser dueños de la propia vida". Platón.

"Algunas veces hay que decidirse entre una cosa a la que se está acostumbrado y otra que nos gustaría conocer." Paulo Coelho

"En las adversidades sale a la luz la virtud." Aristóteles

"Lo que crece como resultado de la rudeza de los ignorantes no tiene efectos a no ser por casualidad". Umberto Eco

domingo, 8 de noviembre de 2015

Dos cartas en caminos opuestos.



     "Esa misma mañana, el pájaro silbó bajito. Miré de reojo el sol acosador que me invitaba a desayunar. Al lado abracé tu hombro, que era el más lindo de todos los hombros. Miré tu cuerpo, hundido en curvas sin miedo, de las que disfruto recorrer sin pensar en lo que viene, sin importar el precipicio. Miré tu pelo, que cae como una sábana de tela delicada y exótica, de las que uno consigue en la India, de esas que al tocarlas, la mano pide disculpas por ensuciar tal obra de arte. Recorro tu espalda, me detengo en tu cola, sigo por tus piernas, y miro tus pies, buscando lo imperfecto entre tanta perfección. Tu perfume, impregnado en mi vida desde ese lunes a la tarde que te conocí, me envuelve en manos invisibles que le pegan una cachetada al sol, prolongando la sobrecama de ésta mañana.

     "Al despertarme, dudé un poco si me había quedado dormida, pero el aroma a feriado me tranquilizó. Miré de reojo y te sentí en mi espalda, y me sentí protegida por el amor más fidedigno de todos. Ni quería salir de la cama, la luz tenue del desayuno sin tostadas me achinaba la visión. Pero me di vuelta y te vi dormir boca arriba, con tu mano debajo de mi cola, y tu otra mano sobre tu pecho, silbando suavemente sin roncar, inflando y desinflando ese lugar donde tantas veces me apoyé en busca de sentimientos encontrados, que los tenemos, desde hace mucho, cuando me sentaba en ese banquito esperando que pasaras y me dijeras lo que sea. Miré tu nariz, de perfil sin detalles, amada por muchas pero mía, toda mía, como tus labios, que brotan de tu boca casi sin aviso, pero están a la espera del beso del buen día atónito, súbito, incapaz de soñar.”

Éste texto cuenta la historia de dos personas perdidamente enamoradas, pero incapaces de estar juntos por cuestiones geopolíticas. Uno, el hombre, el primero, describe el amor por su mujer en cartas que ella contesta, casi al instante, de modo que al leer una, el otro ya escribió la otra, por lo cual, las cartas son respuestas tardías, pero elocuentes, siguen un progreso que no hace más que enamorarlos más. Las cartas suelen escribirse en cursiva, utilizando la imprenta solo para las fechas. No se subrayan nada, ya que no quieren hacer hincapié en nada. En cada letra recuerdan aún más a la otra persona. Lo triste de la novela, es que nunca se enteraran cuando murieron.