En vez de caminar, me senté. Y me paré sobre la lona de mi
enemigo, que no respiraba. Pero pensaba. “Y yo me creía el ganador frente a una
batalla con mi propia sombra”. Y usted allí sentada, admirando la sangre
secarse. Aunque debo admitir que el sudor de la tierra se limpia mejor que el
de la sangre.
Usted que puede, sople fuerte, y
volaremos juntos.
No sé a
dónde podremos llegar a volar. Quizás aterricemos en sus sueños o despeguemos de
mis metas. O tal vez solamente flotemos, como dos globos aerostáticos sobre un
campo verde una tarde perfecta de primavera veraniega. Y usted mirándome a los
ojos y entregándome el amor de un montón de personas. Y yo ansiando el momento
en el cual pueda despertar a su lado, saboreando sus perfumes.
Quizás
entre las dudas de tomarla de la mano o abrazarla en la oscuridad del ocaso de
mi vida, yo me disponga a expresarle cariños en situaciones que no lo ameriten.
Como una triste canción, o un susurro del viento en medio del camino al
silencio.
Siempre
desde que era inconsciente de mis pensamientos sabía que dentro de mis objetivos
iba a estar el derecho a ser amado por su corazón. O quizás lo soñé cada vez
que soñaba con soñar de noche que usted me soñaba. Que de vueltas que le doy
señorita, me tiene loco. Me atrapó su sonrisa y me espantó su sinceridad. O mi
sinceridad. Voy a leer el diario para ver cuántas veces nombran adjetivos que
la identifiquen. Perfecta, sensual, hermosa, única. Mire usted, solo la última
palabra. La encuentro, como siempre digo, perfecta entre las imperfecciones de
las fallas anatómicas que nos da nuestra propia vida. La añoro a la distancia
pero la odio cuando me abraza. O tal vez, odio el sentimiento inconsciente que
tengo de saber que para sus ojos existe un millón de personas pero para mi alma
no hay nadie más que usted. Quién sabe si esto es legal o no, pero me gustaría
casarme con su sonrisa, y pedirle el divorcio a su pasado. Usted puede hacer lo
mismo si quiere. No quiero saber de otros, me gusta la exclusividad. Es tan
difícil lograrlo, aunque, como dice Borges, “Uno está enamorado cuando se da
cuenta de que otra persona es única”. Y eso mismo quiero. ¿Se entendió? Leer a
Borges. Con usted. Creo que soy demasiado educado. No puedo tutearla. Sería avanzar
sobre algo que no conozco.
Aunque,
ahora que lo pienso, el que no arriesga, no gana
Entonces…
Hola, cómo estás?
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