Letras

"Todo mañana es la pizarra donde te invento y dibujo, pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco con ese pelo lacio, esa sonrisa." Cortázar.

"Schopehnauer escribió que la vida y los sueños eran hojas de un mismo libro, y que leerlas en orden es vivir, hojearlas, soñar." Borges.

"La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio". Cicerón

"La libertad está en ser dueños de la propia vida". Platón.

"Algunas veces hay que decidirse entre una cosa a la que se está acostumbrado y otra que nos gustaría conocer." Paulo Coelho

"En las adversidades sale a la luz la virtud." Aristóteles

"Lo que crece como resultado de la rudeza de los ignorantes no tiene efectos a no ser por casualidad". Umberto Eco

jueves, 23 de octubre de 2014

Ojos que no ven.

     Siempre admiré a los no videntes, o ciegos, como quieran llamarlos. Me genera admiración el verlos desenvolverse en el mundo con tanta tranquilidad, con tanta seguridad, sabiendo que no pueden vislumbrar a lo que se enfrentan constantemente. Además, y eso es lo que más me sorprende, están siempre bien vestidos, son siempre amables, y nunca se lamentan de lo que les pasa, por lo menos, no en público. Nunca me pasó que uno me diga "sabes que pasa pibe; yo soy ciego." No demuestran ni dan lástima. Sorprenden sabiendo la ubicación de las cosas, contando los pasos, reconociendo sonidos. Siempre está el envidioso por naturaleza que te dice "y claro, si no ven, el resto se les hiperdesarrolla." Claro, si, es verdad. Pero no ven. Y vos si. Y vos ves como negativo lo que a ellos le permite tener una mínima independencia. Vos ves cosas que ellos, por suerte (para ellos) no ven. Vos te ves al espejo y pensás que estás gordo o flaco o linda o fea. Ellos no se ven, por lo cual, no se preocupan si los adjetivos que los definen son positivos o negativos. No pensaste eso, ¿No?. Bueno, un ciego convive consigo mismo en un mundo paralelo al que vos vivís. En ese mundo, el ciego es reino absoluto de un montón de cosas, como por ejemplo, sentir amor sin apreciar la belleza, aplaudir un sonido sin saber de donde proviene, y quizás, esquivar a la muerte por no sufrir cuando mira por la calle y ve como el mundo se cae a pedazos. Eso si, en ese mundo paralelo, el ciego añora poder ver de frente a la mujer más hermosa del mundo, o poder ver un partido de Racing a estadio lleno. Pero ambas cosas no le quitan el sueño. El no vidente pide ayuda porque moralmente está bien visto, pero el podría cruzar la calle sin que vos le agarres la mano y te alejes luego sonriendo porque hiciste la buena acción del día. Es menester afirmar entonces, que todos en algún momento, aunque sea un ratito, nos gustaría ser ciegos, para evitar algo que frente a los ojos, no es posible de ignorar. Ser ciego en algún punto, es ser inmortal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario